29 de octubre de 2012

Fotos de comida: ¿a favor o en contra?

En un capítulo de Friends, Joey afirma que le encanta el trifle inglés de Rachel, que ha confundido la receta al pegarse las páginas del libro de cocina: "Como no iba a gustarme: la nata me gusta, la mermelada me gusta, la carne me encanta". Bien, pues parafraseando: "me encanta la comida, me encanta la fotografía, ¿cómo no iban a gustarme las fotos de comida?".
Me encanta el blog Simply Breakfast, con fotos casi diarias del desayuno de Jennifer Causey (que además tiene otros proyectos fotográficos maravillosos). Y también las fotos de comida de Hilda Grahnat. Y las de Frida Salomonsson. Las fotos de las que hablo aúnan una comida aparentemente deliciosa y fotogénica, y a la vez son artísticas: muestran puntos de vista diferentes al que solemos ver cuando estamos comiendo, y eso las hace especiales.

Simply Breakfast
Hilda Grahnat


Frida Salomonsson





Con o sin puesta en escena, la comida que vemos en estas fotos es real. Por eso cuando Martin Parr afirma que fotografía "comida real" más bien parece referirse a comida que no ha sido preparada para ser fotografiada, comida sin vocación estética. Parr dedica su libro British Food a fotos de platos que no resultan nada apetitosos:

Martin Parr

En la vida cotidiana suele ocurrir que el hambre haga que te olvides de hacer la foto, o que las fotos en comidas de grupo se hagan siempre cuando los platos están ya sucios y vacíos.
Mis amigos (con especial mención a Isidro y Adrián) han adquirido la costumbre de esperar a que haga las fotos de la comida para empezar a comer. E incluso otros se han iniciado en el arte de hacer fotos a la comida. Se suele criticar a los modernos y a los hipster por fotografiar cada cosa que comen (y cada cosa que hacen). El otro día mi amigo Alfonso me envío esta imagen (izquierda), y mi hermana (algo obsesa también con la fotografía culinaria) esta otra (derecha). Hay que mencionar que mi hermana tiene una aplicación en el móvil en la que archiva las fotos de sus comidas de manera muy organizada...


Yo me postulo totalmente a favor de la fotografía de comida en cualquiera de sus vertientes: antropológica, moderna, social, gafapasta o cultural.

4 comentarios:

nanillas dijo...

Magnífica tu entrada.

Yo estoy a favor de la fotografía de comida, por lo menos de las versiones de las que hablas en tu blog.

En el caso de las fotógrafas, me encanta la estética, la iluminación y la delicadeza...quizás me guste más la fotografía que el objeto que representan, y no sé por qué me recuerdan a las Vánitas del Barroco.

En el caso de Martin Parr, es una especie de reivindicación de lo insignificante, banal y cotidiano,tal y como hacía Warhol con sus latas de sopa.

Me gusta mucho la foto de tu hermana con todos los japoneses haciendo la foto al mismo tiempo. Parece que están inmortalizando lo efímero, ya que va a ser engullido acto seguido. Pero tiene sentido: qué son las fotografías sino "colecciones" de experiencias?? Pues comer es una de las mejores!! :-)

Ana-Cronista dijo...

muchas gracias, Nanillas!

vanitas vanitatum...

p dijo...

yo estoy totalmente a favor de la fotografía de comida; de hecho, si veo un libro o blog gastronómico sin fotos, no lo tengo en cuenta por mucho que las recetas sean buenas. Y viceversa. Y es que la comida debe entrar por los ojos. Las fotos de las blogueras no me parecen en absoluto las Vánitas barrocas, sino que representan un mundo sencillo, idílico. Por otro lado, las fotos de Martin Parr consiguen el efecto contrario, de denuncia, muestran un mundo de excesos, grasiento y repulsivo.
¡Qué diferentes puntos de vista!, gracias por mostrárnoslos Anacro

Fígaro dijo...

Yo creo que en la cocina actual se aboga mucho por la estética, creo que la habilidad gastronómica actual pasa por una exquisita elaboracion y presentación. En el País Vasco se hacen muchos concursos gastronómicos de platos típicos de la zona, pero el mejor, para mi gusto es el de los " pinchos" o si se quiere y, siempre a gusto del consumidor, " pintxos" que son un todo en el que se recrean todos los sentidos. Creo que aquí también habría que hacer mención a esos padres y madres que adornan la comida de sus hijos haciendo dibujos con los guisantes en el plato, o aún más difícil con los circulitos de los cereales flotando en ese caldo blanco que alimenta nuestras vidas en su comienzo y es así de simple, blanco, sin más adornos.